Mí querido Sigmund:
Lo siento, se que te he olvidado en mi cajón. Hace ya más de 3 o 4 meses que no te saco de allí, pero es que estaba viviendo, disfrutando y creciendo. Tal vez creciendo un poco más de lo que tú creces en ese mundo, el mundo que tanto te gusta y disfrutas cada año. Yo también tengo amigos, pero amigos humanos. No se como seguirán tus relaciones con tus amigos, pero debo suponer que bien; por lo menos yo, no me he encargado de pelearnos en la historia y creo que tampoco los haré separar. Como sabes yo soy un niño, y estoy en mi mejor etapa, estoy pasando por lo que tu pasaste en aquel mundo al que abandonas cada tanto y que me dejas cada vez que tienes que volver al bosque. Tal vez deberíamos encontrarnos y debatir sobre los unicornios, no entiendo porque apenas te vio allí, salio corriendo. Ya se, ya se, no hace falta que me aclares, mejor te explico yo, yo si se porque.
Estas por volver, mi escritorio tiene un espacio reservado solo para ti.
Nos vemos pronto,
Juan Cruz.