A veces, me gustaría irme muy lejos. Lejos, a un lugar en el que la felicidad valga oro y nadie quiera destruirla, que nadie malo haya, un lugar en el que nadie destruya tus sueños, un lugar en donde vivir en paz.
Durante este viaje de reflexión, llego a la conclusión de que con un globo aerostatico no puedo irme, llevaría todos mis problemas dentro de el. Después pensé en un cohete, pero en su trascurso hacia algún destino, pierde sus piezas, y no es lo que yo pretendo, solo quiero olvidarme de esos problemas, solo eso.
Las gaviotas me proponen ir con ellas, yo las rechazo por el simple hecho de una vida rutinaria, una vida en que las cosas se repiten y para eso prefiero seguir asi. DESCARTADAS.
Sin embargo, pienso en las nubes, imagino un momento único acostado sobre ellas, un momento en donde poder conversar con Dios y sacar todas mis dudas y pedirle perdón, perdón por enojarme, perdón por no confiar en el.
En fin, el único lugar al que me gustaría ir seria a las nubes. Volaría y reflexionaría mas, mucho mas.